Dirección:
Avda. Fernández Ladreda.
Fue
construida durante los siglos XII y XIII con estructura de una sola
nave y dos ábsides, uno de ellos formando parte del
atrio. Su aspecto se puede considerar complejo debido a que ha
sufrido varias ampliaciones y remodelaciones, como en el caso del
ábside actual, que es posterior y está realizado con
piedra grisácea que contrasta con el resto de la sillería
en tono amarillento con la que está realizada la iglesia, y
tan típica del románico.
El
atrio tiene cinco arcos de medio punto, uno de ellos de acceso,
apoyados sobre columnas pareadas con capiteles decorados con motivos
vegetales. Tiene dos portadas: la puerta a la que se accede a través
de la galería presenta arquivoltas; la otra puerta aparece
tapiada proyectada hacia el exterior debido a los contrafuertes de
sus laterales, con tejadillo apoyado en canecillos, y vano abocinado.
Su torre de planta cuadrada ha sufrido numerosas intervenciones.
En
su ábside destacan los ventanales rodeados por arcos que
apoyan en columnas, lo que recuerda el cimborrio de la catedral de
Zamora, junto al hecho de utilizar lajas de pizarra para rematar los
contrafuertes. En su interior se pueden ver interesantes pinturas
murales del siglo XIII, que parece que representan escenas del Juicio
final.